Las “sillas chafa”

Sin duda sobre lo que escribo hoy es otro ejemplo de lo que ya había escrito anteriormente sobre el abuso de la libertad de expresión en las redes sociales. La tarde del 28 de Agosto se difundió la noticia en varios medios sobre que la Secretar…

Sillas Chafa

Sin duda sobre lo que escribo hoy es otro ejemplo de lo que ya había escrito anteriormente sobre el abuso de la libertad de expresión en las redes sociales.

La tarde del 28 de Agosto se difundió la noticia en varios medios sobre que la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Sonora había entregado 20 sillas de ruedas al DIF de ese estado. Todo hubiera estado muy bien, si no hubiera sido por el hecho de que las sillas de ruedas donadas no son unas sillas convencionales. A la vista de la mayoría de la gente no son más que unas sillas blancas de jardín (de esas que se quiebran cuando se sienta en ellas alguien demasiado obeso) a las que se les instalaron unas ruedas de triciclo.

Rápidamente en las redes sociales las críticas al gobierno de Sonora y al propio gobernador Guillermo Padrés no se hicieron esperar. Los memes comenzaron a esparcirse y en pocas horas todo el mundo se estaba burlando de las “chafas” sillas de ruedas que con tanto bombo y platillo entregó la dependencia del gobierno de Sonora. No pudieron faltar, claro, las críticas claramente partidistas de parte de simpatizantes de partidos contrarios al que gobierna Sonora, el PAN.

Y eso nada tendría de malo si no es por el hecho de que la mayoría de las burlas están dirigidas a la aparente fragilidad de las sillas y a su visible “chicanadez”, en lugar de ser dirigidas a lo realmente criticable.

Como respuesta a la ola de críticas,  más tarde el mismo día el titular de la SEDESOL de Sonora, Luis Carlos Plasencia, se vio obligado a llamar a una rueda de prensa en la cual explicó la razón de ser de las criticadas sillas de ruedas.

¿Y qué es, entonces, lo real y justamente criticable? ¿Qué hay de malo en las críticas a lo “chafa” de las sillas? Primero hay que saber algo.

Sillas de ruedas para los que tienen muy poco
Free Wheelchair Mission es una organización estadounidense sin fines de lucro que se dedica desde hace años a fabricar y distribuir gratuitamente sillas de ruedas de bajo costo a personas de países tercermundistas (o como les gusta a otros decirles “en vías de desarrollo”) en los que es muy difícil conseguir los recursos monetarios suficientes como para pagar el costo de sillas de ruedas convencionales, las cuales puede costar entre $500 y $1500 dólares.

Inspirado en un viaje que hizo a Marruecos, en donde conoció las dificultades a las que las personas discapacitadas se enfrentan en un lugar pobre, el ingeniero Don Schoendorfer tuvo la idea de diseñar una silla de ruedas de muy bajo costo que pudiera fácilmente construirse con partes preexistentes para así rápidamente poder ser llevada a esos lugares en grandes cantidades, y entregadas totalmente gratis a las personas que las necesitaran.

La silla, además, está especialmente diseñada para su uso en terrenos agrestes como los que predominan en las zonas rurales y marginadas de los países tercermundistas, terrenos en los cuales una silla de ruedas convencional no se desempeña eficientemente, a menos que sea una mucho más cara. Así, Free Wheelchair Mission construye en China, por solo $77 dólares, cada silla que se lleva a lugares remotos del mundo, sin costo para quienes la usan, ya que la organización funciona con donaciones internacionales.

Esto es lo que muchos de los que critican la silla en Facebook y Twitter no saben y deberían saber.

Lo que justamente hay que criticar
Ahora bien, sí hay algo que criticar. Y no es la silla. Lo que se debe criticar es la acción de un gobierno de un estado de la República Mexicana, en este caso Sonora, el cual básicamente “se cuelga” de una donación de una organización no lucrativa internacional, como si fuera un logro de una dependencia de la administración estatal.

Además lo que también es de criticarse es el hecho de que los representantes del gobierno de Sonora no hayan considerado importante explicar el historial y el propósito de las sillas y al parecer las hayan presentado así como cualquier cosa sin recalcar el crédito que se merecen los donadores originales, Free Wheelchair Mission.

Seguramente consideraron más importante la donación, junto con las sillas, de 6 autobuses para trasladar personas discapacitadas en el trasnporte urbano, de modo que no le dieron importancia a las sillas de ruedas donadas. Y la prueba está en que tuvieron que esperar a las críticas en las redes sociales para salir a explicar lo que hubieran explicado desde el principio.

Y de ahí que haya sentido yo la necesidad de escribir este post en La Polaka Mexicana. Ah, que nuestros políticos. No dan una. Como bien dijo un amigo: “ni para colgarse de sombrero ajeno sirven”.